sábado, 11 de junio de 2011

De animalibus

Soy alérgica a las juntas de trabajo; en toda mi vida he asistido quizás a 3 que sirvieron de algo. Esta semana tuve dos, ejemplos perfectos de la norma. El colmo fue la del viernes, que además de inútil, fue muy irritante.

Al salir, atorada en el tráfico, iba buscando la mejor manera de describir a este compañero de trabajo y me acordé de la excelente clasificación que hizo Borges en su cuento "El idioma analítico de John Wilkins":

los animales se dividen en (a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c) amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas.
El especímen en cuestión entra, sin duda, en el último grupo. Nomás tengo que acordarme de conservar mi distancia.

1 comentario:

  1. Qué hermoso blog personal, me ha encantado descubrir esta otra cara de la Susana Biro de Querido Galileo. Todas las entradas vale la pena leerlas. :)

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