viernes, 20 de enero de 2012

Mi plástico cerebro

El lunes me rayé la cornea quién sabe con qué. El martes vi a la ojóloga y me mandó una pomada y un parche por 24 horas. Empecé durmiendo, así que no lo noté, pero al despertar todo se sentía oscuro (con la mitad de conos y bastones) y plano (sin estereo). Después de algunas horas de andar a tientas, dejé de estar consciente del problema, y seguí haciendo mi vida normal (aunque dentro de casa, ¡claro!). A la noche, cuando me quité el parche, fue nuevamente desconcertante, pero esto duró mucho menos tiempo. Me alegra saber que aún a mi avanzada edad un cerebro se puede adaptar cuando hace falta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario