
El fin de semana pasado fui a Cuernavaca. El propósito principal del viaje era ver los guayacanes en flor. Por alguna razón, aunque he ido muchas veces, nunca me había tocado verlos. Aunque llegué al final de la temporada, todavía me tocó ver montones. Me recordaron a los cerezos en flor de la película
Coraline, que hicieron con palomitas de maíz.
Pero no sólo miré árboles, también comí varias delicias, empezando por los pastelitos que hace mi hermana (en su
Papirola), pasando por unos huauzontles excelentes en el restaurante
Teodora, y terminando con el rico ceviche que nos hizo mi sobrina.